La Noche en Blanco toma La Laguna

Alejandro Álamo y Ayoze Álvarez |

La Noche en Blanco de La Laguna fue un éxito. Teatro, música, magia, humor, deporte, pintura, exposiciones, moda, libros o cine ocupaban cada esquina, ya fuera en grandes estructuras -con sonido e iluminación- o sin micrófono ni luces, con los mismos adoquines como escaparate.

Una marea humana se desplazaba anoche por La Laguna en todas direcciones. En una sesión acompañada por el buen tiempo, artistas y públicos correteaban de una plaza a otra. Las calles perdieron su jerarquía cotidiana, ya que algunas vías como Capitán Brotons alcanzaron por momentos la afluencia que Herradores luce durante los fines de semana.

La magia de la noche estaba precisamente en eso: por el camino que un vecino podría tomar cualquier día para ir al trabajo se sucedían luces, sonidos, trucos de magia, risas… El arte tomó anoche la calle y la llenó de frescura. Los artistas y la organización, que hicieron gala de una gran puntualidad, consiguieron que ningún escenario se detuviera una vez se pusieron en acción. Músicos y actores llegaban, desenfundaban su instrumento u atrezo y comenzaban. Sin titubeos. El público tenía a los intérpretes al alcance de la mano. Les preguntaba, les respondía, les aplaudía.

Pero hubo mucho más de lo que se veía en los escenarios. Multitud de artistas variados ocupaban esquinas y cruces para mostrar su trabajo. Un programa de por sí variado y diverso se enriqueció con un programa no escrito e impredecible que se materializaba en tiendas, talleres, stands, bancos, cruces, aceras… El resultado fue una amalgama de artes que cubrió el casco y que hizo que cada viandante hiciera su propia ruta por el inmenso escaparate lagunero. Un camino improvisado e impredecible a medias.

Contraluz hizo su propia ruta. El vídeo que mostramos a continuación, por tanto, no pretende ser un resumen de La Noche en Blanco, cuya magia precisamente está en ser inabarcable. Antes bien, pretende mostrar una de las miles de rutas que anoche se trazaron en la ciudad. Andrés Molina, Teresa Pérez (Workshop 66 Anchieta), Víctor Hubara (Abubukaka) y Arístides Moreno nos ofrecen sus impresiones.

Dicky Morgan Vintage Boutique & Gallery, Workshop 66 Anchieta, La Plaza de la Junta, el Cuadrilátero, las calles La Carrera y Herradores, La Concepción, Aguere Espacio Cultural o La Catedral fueron los escenarios que conformaron la ruta de Contraluz. Un paseo por estos lugares bastó para comprobar un hecho: La Laguna respondió “sí” a la cultura en sus calles. El “sí” de los públicos se materializó en su presencia, en su participación. La Laguna y todos los asistentes a ella acogieron una cultura al alcance de su vista, oído, olfato y tacto.

A partir de ahora, cuando los escenarios se desmontan y el sueño se recupera, y hasta la próxima Noche en Blanco, llega el momento de que artistas, exhibidores y públicos demuestren que La Laguna y Tenerife demandan y generan cultura.